En cuanto al estado físico y psíquico de los perros abandonados, las asociaciones encuestadas afirman que el 100 % se encuentra en un estado de desorientación, frente al 25 % de los perros que muestran síntomas de enfermedad, se observa que el 60 % de los canes que se abandonan están sanos, ya que llegan a los refugios como consecuencia de un abandono fundamentado en cuestiones económicas. No obstante, la investigación pone de manifiesto un preocupante porcentaje de animales que cada año se recogen con síntomas de maltrato, entre los que se incluyen atropellos, perras paridas y abandonadas, animales famélicos o con laceraciones en el cuello, entre otras agresiones.
"La situación de desamparo que temporalmente atraviesan los perros abandonados se restablece al llegar al refugio o al nuevo hogar de acogida". "Los perros de los refugios son totalmente receptivos a una nueva familia, ya que se trata de un nuevo territorio y una nueva manada estable. Si el perro adoptado encuentra la estabilidad en estos dos puntos, será un perro feliz". En la misma línea, el abandono puede afectar a los más pequeños de la familia. "Los niños que ven cómo unos padres irresponsables se deshacen de su perro pueden sufrir el impacto emocional negativo de la situación, existiendo el riesgo de que asuman y aprendan lo que ven en casa".
Las asociaciones encuestadas señalan que la solución principal de este problema no pasa por tener más refugios o aumentar el número de instalaciones, sino por la concienciación ciudadana. Asimismo, destacan, por un lado, la importancia capital del microchip para la identificación de los propietarios y, por el otro, la esterilización como base para hacer disminuir el número de perros abandonados y el nacimiento de camadas indeseadas. En la misma línea, el apoyo de las administraciones y la puesta en marcha de normativas legales que castiguen esta negligencia serían herramientas fundamentales para combatir el elevado número de abandono de perros.
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